En Lucas 12:31 y Mateo 6:33, nuestro Señor y Salvador Jesucristo dijo: BUSCAD EL REINO DE DIOS... Paul Ravenhill, nos explica un poco en esta reflexión, sobre "buscad":
"Buscad..."
Paul Ravenhill
En un día cuando los hombres nos ofrecen las cosas espirituales como
fórmulas garantizadas o teorías mecánicas, hay un consuelo en volver a
la Biblia y ver otra vez las palabras que Dios utiliza al hablar con el hombre.
Pienso en este momento de la palabra "buscad"- es una palabra que no
habla de una certeza de conocimiento, o de un proceso mecánico
garantizado.
Más, es una palabra que lleva la implicación de que el que busca no tiene la respuesta - nosotros no tenemos mecanismos garantizados.
En nuestro mundo cotidiano, al buscar un objeto vamos primeramente a
donde creemos poder encontrarlo (el lugar donde pensamos que lo hemos
perdido).
Cuando no lo encontramos allí vamos al lugar que más promete, un poco
menos seguro - y cuanto más buscamos infructuosamente, menos estamos
seguros de que vamos a encontrar. O sea, cuanto más buscamos lo perdido
menos sabemos y cuanto menos sabemos más debemos buscar.
Por fin, cuando hemos buscado "por todos lados", podemos encontrar la
respuesta, casi siempre en el lugar menos esperado. Solamente el
"encuentro" nos da por fin la respuesta a todas nuestras preguntas.
Así también con nuestra búsqueda espiritual... al principio pensamos que la respuesta está "a mano" -
una oración corta para "guía" o "iluminación"
y ya la respuesta debe ser nuestra.
¿Qué pasa cuando no la hallamos?
¿Qué hacemos con todo el asunto? -
¿Reprender al diablo y probar "la guerra espiritual"? -
¿O reconocer el hecho que no tenemos las respuestas
que pensábamos tener y ponernos a buscar con otra seriedad?
Creo que si somos honestos, mientras pasamos una y otra vez por el
círculo de búsqueda, encontraremos que va siendo quitado estrato tras
estrato de conocimiento espiritual superficial.
En el mundo de Dios la búsqueda nos llevará a examinar, o reexaminar,
muchas cosas, y en el proceso descubrir muchas cosas positivas y
negativas:
motivos... temores... ambiciones egoístas... superficialidad...
profundos deseos...todo puede aparecer en la búsqueda.
Nuestra falta
de conocimiento,
de relación,
de disciplina y
de convicciones
pueden ser revelados mostrándonos nuestra condición espiritual.
En la falta de respuestas a nuestra búsqueda veremos quizás que no somos
tan espirituales como nos creíamos ser. Lo primero que encontremos
puede ser a nosotros mismos.
Los procesos de Dios nunca son destructivos y el fin de nuestro
autodescubrimiento es para traernos a percatarnos de la tremenda
distancia entre lo que pensamos que conocemos en nuestras cabezas y lo
que realmente conocemos en nuestros corazones.
Solamente al llegar a este lugar podemos relacionarnos bien con las cosas de Dios.
Solamente al llegar a este lugar podemos realmente ver y escuchar y creer las cosas del reino de Dios.
"Buscad"...
Como el ciego, cuyo único contacto con el mundo material es a través del
tacto, hemos de extendernos, sin conocer, para tocar en el espíritu un
mundo que es más allá de lo que nuestras mentes pueden entender.
Si no hallamos su esencia pasaremos muestra vida en un
mundo de teorías infundadas y sueños sin sustancia.
Hermanos, no estemos satisfechos de vivir en una tierra de fantasía espiritual, vacía.
Enfrentemos las implicaciones de la palabra "buscad" y extendámonos más
allá de la oscuridad espiritual de este mundo que nos rodea a Aquél que
por Su Presencia manifiesta todas las cosas.
Sepamos que en la medida que hallemos el objeto de nuestra búsqueda en
El, hallaremos también Su Presencia, Su Luz y Su Vida en creciente
plenitud.
Copyright ©1998 por Paul Ravenhill
Fuente:
www.ravenhill.org